Margarita y Lebasi: la historia de una mujer invencible

«Tengo 19 años de tomar Lebasi y no pienso dejarlo porque siento que si lo dejo de tomar, me voy pa’ abajo»

La historia de Margarita es, como la de muchas mujeres, una historia de lucha y esperanza, que inició con un diagnóstico poco alentador; pero que en el camino, encontró un aliado para mejorar tanto su salud como su economía.

Margarita cuenta que hace 19 años estaba muy mal: «Tenía artritis, gastritis, desgaste en los huesos y, aparte de eso, tenía cáncer de mama y en el paladar. Mi paladar estaba como si estuviera descarnado, se veían como escamas de pescado».

El médico le dijo que prácticamente no había mucho que hacer, pues «de nada servía que me sacaran el seno, si la encía o el paladar no me lo podían restaurar. Entonces, el doctor me dijo que mejor me quedara con mi seno y mi encía, y disfrutara, bailara, cantara, porque ya no había remedio«.

Pero en este panorama desolador, se le presentó a Margarita una persona, a quien le habló sobre su artritis y osteoporosis (pero no de su cáncer), y esa persona le terminó recomendando consumir el lactoserum suizo Lebasi, ya que podía serle de gran ayuda. Ella decidió probarlo, pues ya no tenía nada que perder.

«Lo primerito que sentí es que ya no me dolía la ciática. Luego, un día que me estaba tocando la cara, me di cuenta que ya no me dolía, porque a mí ya me dolía todo lo que era la mandíbula. Fui a ver al médico, al dentista, y me revisó. Me dijo: ‘¿Qué hizo señora Mago? Su encía está mejor, se está regenerando y ya no se ve morada’. Yo sólo le enseñé lo que estaba tomando, el bote de Lebasi «.

«Posteriormente, fui a ver al oncólogo para que me revisaran y me hicieran un ultrasonido en el seno. Cuando me hicieron el estudio, el doctor me dijo que estaba bien. Yo le enseñé que ya me habían hecho otro ultrasonido y me habían afirmado que tenía cáncer. Y el doctor nada más me contestó: ‘No, señora, sí hay fibrosis quística, pero son muy pequeñitas las bolitas que tiene, sólo hay que estar checando nada más; esto no es cáncer‘».

Según explica Margarita, a partir de lo que le han dicho todos los médicos, lo que hace Lebasi es encapsular al cáncer; así que mientras una persona lo tome, el cáncer está encapsulado, detenido.

«El cáncer de seno se acabó totalmente, ni me duele ni nada, me siento bien, me siento feliz; pero eso sí, sigo tomando Lebasi, eso no lo voy a dejar nunca.»

Un camino que no fue fácil

Además de estar enfrentando el cáncer y otras enfermedades, Margarita cuenta que en ese momento tenía una situación económica complicada.

«Yo le conté sobre mi estado a uno de los médicos de Lebasi y me recomendó que tomara 15 cucharadas diarias durante un mes. Desgraciadamente, yo en ese tiempo no estaba muy bien económicamente y le pedí a la persona que me lo recomendó que me lo diera al precio, porque lo necesitaba pero no tenía dinero. Me dijo que no, que no me lo podía dar más barato, que solamente podía inscribirme. Pues se lo compré y me inscribí.»

Lo que Margarita no sabía era que esa dificultad económica y de salud se convertiría en una oportunidad para desarrollar un negocio. El primero que le compró un bote de Lebasi y que se inscribió a su red fue el dentista que la revisaba por lo de su cáncer en el paladar.

«Cuando él vio los resultados en mí, me dijo que le vendiera un bote. Yo no tenía para venderle, pero pedí un préstamo para comprar la caja de 24 botes y venderle al doctor.

«Ya en mi casa, me quedé mirando todos los botes y me pregunté: qué voy a hacer con los botes y con la deuda que tengo… Pues ni modo, no hay más, me voy a tener que mover para venderlo o tratar de que la gente lo conozca como yo lo conozco».

Y así fue como Margarita comenzó con su negocio. Empezó a vender Lebasi entre sus familiares y amigos, utilizando la estrategia de dejarlo al precio que se lo daban a ella para que la gente lo probara y viera los resultados. De ahí, resultaron muchos interesados en inscribirse a su red.

Afirma estar muy agradecida y feliz con su negocio, con el cual ha podido alcanzar algunas metas (como poner la loza de su casa) y con el que ha obtenido varios reconocimientos y premios otorgados por parte del corporativo Lebasi.

«Tengo inscritos y les vendo a muchos médicos, quiroprácticos, homeópatas, cirujanos y oncólogos, porque ellos se han dado cuenta que el producto es muy benéfico y también es buen negocio«.

Si te interesa saber más sobre Lebasi o convertirte en una empresaria como Margarita, ponte en contacto:

  • Teléfono / 449 922 22 22
  • WhatsApp / 449 1110325 y 449 9222222
  • Página web / lebasi.com.mx
  • Correo / ventasweb@lebasigroup.com