Alfonso y el bote que mejora la calidad de vida

Una pancarta con una cabeza de res cornuda y orejona fue lo que llevó a don Alfonso a conocer Lebasi. Cuenta que, en ese tiempo, él trabajaba ya en la venta directa con otra empresa y andaba de casa en casa prospectando, cuando le llamó la atención dicha pancarta… Al preguntar por aquello, la señora de la casa le dijo que vendía un polvito muy bueno. Solicitó algo de literatura y le proporcionó unos folletos que hablaban sobre el lactoserum suizo Lebasi. Así comenzó su historia como distribuidor, una que ya suma 16 años.

“Uno de los volantes que me dio hablaba sobre que ayudaba con las cataratas y como en ese entonces yo traía ese problema, pensé que podría ser la solución. Cuando regresé con la señora le dije que si me podría facilitar unas tres latas; ella no me las quería dar porque ni me conocía, pero la convencí: No me conoce, pero me va a conocer, yo conozco a mucha gente a la que le puedo compartir este producto”.

En tres meses, don Alfonso ya no tenía las cataratas y eso fue lo que le hizo confiar en el alimento. Tras asistir a una reunión realizada por el corporativo Lebasi, se inscribió para desarrollar su negocio, pues ya se sentía plenamente seguro de que el alimento realmente aportaba grandes beneficios a la salud.

“Nosotros recomendamos el producto con mucha confianza y seguridad porque sabemos que responde en cualquier aspecto, en cualquier situación de salud. Yo le digo a la gente: Póngalo a prueba, si no le funciona no hacemos trato y me regresa mi lata; eso no sucede porque las personas se quedan muy contentas”.

Él insiste en que la mejor manera de vender es contando los testimonios de los beneficiados, empezando por el de uno mismo, y tras esto, hacer que las personas prueben el lactoserum suizo, para que por ellas mismas se den cuenta de que el producto funciona.

Ya cuando lo probaron y sienten los resultados, Alfonso les platica sobre inscribirse a la red, y más allá de hablarles del beneficio económico que pueden ganar, les explica que lo mejor es que podrán consumir el alimento por un mejor precio y esto hará que no lo dejen de tomar.

Porque él está convencido de que el lactoserum suizo Lebasi es un alimento que debe consumirse de por vida, para que siempre se tenga una buena nutrición y, por ende, una buena salud, algo que resultará en una mayor energía y una mejor calidad de vida.

“La gente mientras no pruebe el alimento nunca se va a dar cuenta de lo que están desperdiciando al no consumirlo. Para convencerlos, primero les dejo la lata para que lo prueben y al tomarlo consecutivamente se sienten bien. Después, les ofrezco la membresía para que obtengan el producto a un mejor precio y lo compartan con toda su familia, y si quieren lo hagan negocio”.

Y ¿por qué lo recomienda como negocio?

“El negocio es formidable, es sorprendente. Por ejemplo, ahorita mucha gente anda sin trabajo y ésta es una muy buena oportunidad para que lo agarre, porque cada mes nos dan nuestras comisiones, nunca dejamos de traer dinero nosotros.

Ahorita ya estamos pensionados, pero seguimos trabajando porque ésta es una labor social, esto nos sirve para activarnos, para andar trabajando con la gente: nos llaman, les platicamos, se quedan convencidos. Me dicen: Usted nos convence nada más con platicarnos; y yo les contestó: El alimento da los beneficios, si no trajera seguridad con el alimento yo no podría decir todo esto”.

También comenta que una ventaja es que el producto prácticamente se recomienda solo, porque cuando la gente ve a los distribuidores o a las personas que ya lo toman, se dan cuenta de los resultados y se interesan por el lactoserum suizo.

«Pero lo mejor de todo es que nos da muchos beneficios en la salud. Teniendo salud, se da lo demás. Éste es un negocio redondo: ganas en salud, ganas dinero y compartes con las personas un producto que mejora su calidad de vida”.